Cuando se planifica un programa de entrenamiento con carga, normalmente está dirigido a personas que anteriormente nunca realizaron este tipo de ejercicio físico y que por lo general lo postergan por la falsa creencia de ser muy complicado, una creencia bastante alejada de la realidad.
Entrenadores e información:
Existen quienes se colocan bajo las instrucciones de entrenadores o profesores de educación física, algo que en principio es una buena opción, a pesar que lo mejor es tratar de tener autonomía en los entrenamientos para no generar una dependencia de por vida.Lo importante es buscar las mejores fuentes de información.
Ejecución del ejercicio con una técnica adecuada:
Muchas veces la posición del dedo pulgar puede significar una marcada diferencia en la distribución de fuerza. Así por ejemplo, en una rutina de tríceps, no es lo mismo tomar una barra de 8 o 10 kilos y colocar los dedos pulgares “cerrando el círculo de la mano” que colocarlos en forma paralela a los otros, ya que el desplazamiento de la fuerza será hacia adelante o hacia atrás de la barra. Estos detalles que parecen insignificantes son los que hacen la diferencia entre alguien que conoce los secretos y quien no los sabe.
Alimentación según nuestras necesidades:
También es importante saber cuando es el mejor momento de alimentarse, que no es más que cargar el “combustible” necesario para que el motor funcione de forma adecuada, de allí que lo recomendable es ingerir alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono antes del entrenamiento, con el desayuno y una vez concluida la rutina.
Entrenamientos bien planificados:
Cabe destacar la importancia de entrenar los diferentes grupos musculares de forma alternada y no de manera repetitiva y sistemáticamente ya que no es igual ejercitar bíceps que dorsales por su diferencia de tamaño.
Es necesario saber también que el inicio de un programa de entrenamientos no debe ser inicialmente muy intenso, ya que tanto los músculos como las articulaciones necesitan un período de adaptación para su crecimiento continuo; por lo que el programa deberá ser de forma progresiva.
También es frecuente postergar o simplemente obviar los ejercicios que producen mayor dificultad o que más incomodan, siendo los ejemplos más frecuentes las rutinas de piernas y de abdominales, decisiones que no contribuyen de forma positiva al correcto equilibrio en el desarrollo muscular.
En un programa de entrenamiento completo, la mayor cantidad de variantes, contribuirá a enriquecer los resultados, sin importar de que se trate de un mismo músculo, ya que el mismo, puede ser estimulado desde diferentes ángulos para conseguir llegar a todas sus inserciones. Así como diferente cantidad de repeticiones para trabajar los diferentes tipos de hipertrofias, combinándolos para obtener la mayor ganancia de masa muscular posible:
- La hipertrofia sarcoplasmática no funcional en la que trabajamos el plasma muscular, la cual nos ofrecerá mayor volumen en menor peso a nuestros músculos pero prácticamente no aumentara nuestra fuerza, deberemos trabajar a 10-15 repeticiones (incluso más) con descansos cortos entre series (45 segundos – 1 minuto) y 48-72 horas para volver a entrenar el músculo en cuestión.
- La hipertrofia sarcomérica funcional en la que trabajamos las miofibrillas musculares, las cuales nos otorgarán un aumento considerable de la fuerza y un volumen no excesivo, deberemos trabajar a 3-6 repeticiones (cercanas al nivel de repeticiones para fuerza máxima) y descansos largos entre series (3-5 minutos) y con periodos más largos de descanso para volver a entrenar.
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